Ayer por la mañana nos
reunimos unos cuantos componentes de la comunidad web 2.0 para hacer una
reflexión conjunta sobre el sistema educativo en España, y de cómo nos gustaría
que fuera nuestro centro ideal.
Al principio tuvimos
unos “pequeños problemas técnicos” que enseguida se solucionaron y pudimos participar en dicho evento de una manera
tranquila y relajada, siendo muy enriquecedora la experiencia de intercambio de
ideas.
Surgió en la
conversación el sistema educativo de Finlandia, ya que mucha gente piensa que
es uno de los mejores que existen hoy en día. Los cambios que ha sufrido este
sistema, a grandes rasgos, son los siguientes:
- Eliminaron la obligatoriedad de los
exámenes para darle más libertad al profesorado.
- Elevaron el nivel exigido para ser
docente.
- Los profesores pasan casi la mitad del
tiempo en programas de desarrollo profesional, planificación y trabajando con
los padres de los alumnos.
En Finlandia se valora al profesorado.
El sistema educativo en
España se basa en exámenes estandarizados que fomentan el individualismo y la
competencia entre alumnos y entre centros. Se debería trabajar más en grupo y
minimizar las diferencias que puedan existir entre alumnos.
Hoy en día en España el
docente tiene poca libertad y la sociedad no confía lo suficiente en ellos. Sin
embargo, la mayoría de los padres no son capaces de involucrarse directamente
en la formación académica de sus hijos. Por ejemplo, en Finlandia los niños
comienzan el colegio a partir de los siete años; son los padres los que han
asumido labores educativas con sus hijos hasta ese momento.
Por otro lado, en
España el sistema educativo está regido por políticos que, en general, no han
sido docentes, por lo que no tienen ni idea de lo que ocurre en el aula y hay
muchos intereses creados.
Resumiendo, lo que
pienso que se debería cambiar en el sistema educativo español:
- Que las leyes educativas no sean
cambiantes, que no dependan del partido político que gobierne. El sistema
educativo debería estar completamente apartado de la política y que todos los
directores sean docentes y sepan lo que ocurre en el aula.
- Mayor cantidad de recursos, tanto
materiales como humanos, y por supuesto, interés e implicación del profesorado
a la hora de realizar su trabajo.
- Mayor implicación de los padres en la
educación de sus hijos; la educación tiene su base fundamental en la familia y
no en el aula. Trabajando conjuntamente familias y docentes todo sería más
fácil y mucho mejor.
- Mejora de la disciplina en los centros,
sobre todo en los de secundaria y bachillerato, porque en algunos centros es
una auténtica odisea estar en el aula con determinados grupos de alumnos, y el
profesorado no se siente apoyado a la hora de actuar frente a determinadas
situaciones que les puedan surgir.